Apellido de origen gallego. Descendiente de la Infanta Dª Teresa Enríquez, hermana del Rey Alonso Enríquez de Portugal. Se extendió por toda la Península y América. El Emperador D. Carlos I concedió, por privilegio dado en Valladolid el 24 de diciembre de 1537, el siguiente escudo de armas a D. Bartolomé Bermúdez, conquistador de Indias: en campo de gules, un peñón al natural sobre una pradera de sinople; partido de azur, con dos escalas hechas con soga, de oro.

Apellido originario del lugar denominado Barea, del partido judicial de Logroño (La Rioja). Pasó a Guipúzcoa, radicando en la villa de Villabona, del partido judicial de Tolosa; a Navarra, con casa solar en la ciudad de Viana; y a Aragón, con casa solar en el lugar de Formiche, del partido judicial y provincia de Teruel. Radicó también en Asturias, Madrid, Sevilla, Jaén, Granada y Cádiz. Una rama pasó a México. Probó su nobleza en las Órdenes de Carlos III (1806) y San Juan de Jerusalén (1716); y ante la Real Chancillería de Granada (1608 y 1806).